GRATIS nuestra GUÍA DE CUIDADOS BÁSICOS del cachorro de Labrador
En Nalab trabajamos con líneas de sangre seleccionadas que transmitan temperamentos estables a su descendencia. Los progenitores han sido evaluados en cuanto a su temperamento, socialización, carácter, reactividad, capacidad cognitiva, capacidad de atención entre otros. Además se evalúa su salud física mediante pruebas de displasia de codos, caderas y pruebas genéticas de las principales enfermedades hereditarias del Labrador Retriever.
La socialización comienza desde las primeras semanas de vida de los cachorros. Se les expone a una variedad de estímulos sociales como diferentes personas de varias edades, otros animales, diferentes entornos y experiencias sensoriales. Esto desarrolla una base sólida en su socialización mejorando su adaptabilidad a futuras situaciones, desarrollando su confianza y capacidad para interactuar de manera positiva con el entorno y las personas.
A medida que crecen los cachorros se monitoriza su progreso, evaluando su disposición para trabajar, su capacidad de atención, respuestas a distintos estímulos, capacidad cognitiva, capacidad olfativa, nivel de reactividad, nivel de introversión-extraversión entre otros, incluyendo en caso necesario simulaciones de entornos de trabajo para el colectivo en el que va a trabajar en un futuro.
Una vez seleccionados aquellos ejemplares adecuados para formar parte de programas de ayuda social, recibirán un entrenamiento más intensivo y especializado adaptado a las necesidades específicas según su función (perros de servicio, terapia, IAA, asistencia, señal etc) por parte de la asociación o entidad especializada en cada caso.
No cualquier cachorro es adecuado para convertirse en un perro de ayuda social. La selección y preparación de estos ejemplares requiere considerar una serie de criterios que aseguren que son capaces de desempeñar esta importante función:
Temperamento estable: amigables, baja reactividad, afabilidad y capacidad de adaptación a distintas situaciones y entornos.
Salud física y genética: los cruces deben estar controlados a nivel físico y genético para evitar ciertas enfermedades hereditarias (pruebas de displasia y genéticos de los progenitores).
Capacidad cognitiva: los perros seleccionados deben mostrar una buena capacidad cognitiva y de aprendizaje, así como de atención.
Socialización temprana: los cachorros deben haber sido expuestos a un correcto protocolo de socialización desde una edad temprana, midiendo su adaptación una serie de ítems fundamentales.
Evaluaciones continuas: se realizarán seguimientos continuos para asegurar que los cachorros progresan adecuadamente según los objetivos a conseguir, observando su comportamiento, respuesta al entrenamiento y capacidad para cumplir con las expectativas de su futura función.
En Nalab Labradores, priorizamos el bienestar, la salud física y emocional de cada ejemplar desde el primer instante de vida. Por ello contamos con unas instalaciones especialmente diseñadas para cubrir todas las fases de su desarrollo.
Disponemos de una nave de 60 metros cuadrados, aislada térmica y acústicamente, construida con materiales ecológicos de alta eficiencia cumpliendo con las normativas europeas de Bienestar Animal, garantizando una temperatura constante y confortable durante todo el año.
El interior está dividido en:
Boxes independientes.
Zona de atención veterinaria.
Área de transición para cachorros.
Toda la nave cuenta con sistema de videovigilancia las 24 horas, sensores de temperatura y humedad y conexión y vigilancia constante.
Nuestra finca cuenta con casi una hectárea de terreno distribuido en zonas concretas según las necesidades de cada animal:
Zonas de esparcimiento individual y grupal donde los animales disfrutan del ejercicio físico libre bajo supervisión.
Áreas de socialización temprana destinadas al contacto controlado entre camadas, adultos equilibrados siguiendo los protocolos de etología canina.
Piscina para el fortalecimiento muscular, enriquecimiento y mejora de la coordinación motriz desde edades tempranas.