DISPLASIA DE CADERA/CODOS

DISPLASIA DE CADERA (HIPS)

Es una patología hereditaria que afecta a la articulación coxofemoral, que puede manifestarse en una multitud de razas de perro y en muchas otras especies incluida el hombre. En sus formas más severas se manifiesta mediante una cojera en las patas posteriores, debido a la luxación de la cabeza del fémur. Esta desgasta y erosiona los cartílagos articulatorios y espesa el líquido sinovial, produciendo la aparición de formaciones exofíticas y procesos deformadores. Entre las causas de la displasia podemos muchas y muy variadas, aunque algunas razas como el Labrador tienen más predisposición a padecer displasia incluso desde edades muy tempranas. Suele aparecer a partir de los cuatro o cinco meses de edad y es degenerativa. 


La displasia se manifiesta con mucha más facilidad en los ejemplares que crecen mucho y muy rápido, en las que el aumento de peso y el crecimiento del esqueleto de forma excesiva junto con una mineralización y calcificación tardías pueden ser perjudiciales. El periodo más crítico para el desarrollo de la articulación de la cadera son los dos primeros meses de vida, cuando el tejido óseo no se ha desarrollado completamente y los tejidos blandos de la cadera todavía son elásticos y pueden ser empujados más allá de sus límites de elasticidad. Una vez que la cabeza del fémur y el acetábulo han perdido su eficacia, el correcto desarrollo de la articulación se verá comprometido. 

Muchos perros presentan displasia con formas leves y tienen poca afectación de la movilidad o en ocasiones no la tienen en absoluto. El cuadro lo empeora un ejercicio físico intenso sobre todo cuando son jóvenes, el sobrepeso y las alteraciones hormonales. Otros perros manifiestan signos clínicos más graves como dolor durante o después del ejercicio físico en el que el perro salta o trepa. Otros incluso pueden tener dificultades para levantarse con mucho dolor. La displasia de cadera tiene un alto componente genético de manifestación recesiva, transmitido a través de muchos genes (poligenismo) por lo que no se puede reducir o eliminar uno solo, por lo tanto puede que no se manifieste clínicamente en los padres pero ellos resultan ser portadores.

El examen radiográfico de la articulación coxofemoral es actualmente el método más aceptado para determinar el análisis de la estructura articular e identificar a aquellos ejemplares que pese a no presentar luxaciones pueden ser portadores de displasia. La interpretación de las radiografías requiere una buena mano puesto que existen algunos desacuerdos respecto a los resultados que ofrece, no obstante si se interpretan correctamente constituyen un medio muy importante para reducir la incidencia de la enfermedad.  La radiografía se efectúa bajo anestesia general para obtener la relajación muscular y la posición correcta del ejemplar. 


Para medir la gravedad de esta enfermedad utilizamos el denominado "ángulo de Norberg", que va desde el centro de una cabeza del fémur a la otra. Por otro lado, se traza desde ambos extremos otra línea que pase por el borde acetabular dorsal, formando  un ángulo con la anterior línea. Así obtenemos la amplitud del ángulo de Norberg, que se interpreta de la siguiente forma:

angulo de norberg displasia de cadera perro
Radiografía de caderas donde se señala el ángulo de Norberg

Por otro lado, la British Veterinary Association (BVA) determina el grado de displasia a través de diferentes criterios (entre ellos se incluye el examen del "ángulo de Norberg" anteriormente visto). Se le otorga una puntuación a cada cadera, por ejemplo "0/0" que correspondería a la puntuación mínima (la mejor) para la que cada cadera es cero, mientras que la peor es 53/53, con una suma total de 106 (puntuación total). 


La puntuación promedio de cadera para la raza del Labrador Retriever (puntuación de ambas caderas juntas) es de 12, estableciéndose como puntuación máxima recomendada para la cría. 


Para interpretar las HIPS (BVA) debemos tomar la puntuación total de ambas caderas y compararla con la puntuación internacional que marca los límites establecidos. La FCI también posee una clasificación para los controles radiológicos concernientes a la displasia de cadera con sus correspondencias con la BVA, que podemos ver en la tabla adjunta: 

Dentro de cada raza es importante controlar la distribución epidemiológica de la enfermedad para actuar preventivamente controlando a los ejemplares reproductores. Al ser una enfermedad poligenética, no sólo puede afectar a los padres sino también a sus hermanos o al resto de la camada, por lo que controlar los parámetros del resto de la familia es indispensable. De echo, de ejemplares sanos pueden nacer ejemplares enfermos y viceversa por tanto el echo de que los padres se encuentren libres de displasia no exime en su totalidad que los cachorros no lo sufran. 


En todo caso cuando se adquiere un cachorro debemos comprobar que los padres estén controlados por los correspondientes exámenes veterinarios que certifican ser libres de displasia, a través de la aportación de los certificados de análisis oficial efectuados por centros reconocidos. 

radiografia displasia de cadera libre perro

Ejemplo de radiografía Libre de Displasia

Como podemos ver a primera vista la cabeza del fémur se inserta en la cavidad acetabular craneal

radiografia con displasia de cadera perro

Ejemplo de radiografía con Displasia

La cabeza del fémur a primera vista no se inserta en la cavidad acetabular craneal 


Por tanto para PREVENIR LA DISPLASIA DE CADERA debemos:


TODOS NUESTROS EJEMPLARES REPRODUCTORES POSEEN PRUEBAS DE DISPLASIA DE CADERAS JUNTO CON LA DE SUS RESPECTIVOS PADRES

DISPLASIA DE CODOS (ELBOWS)

La displasia de codo se denomina a un conjunto de anormalidades en el desarrollo de la articulación del codo del animal, especialmente en el crecimiento del cartílago. Estas anomalías generan procesos osteoartríticos que en ocasiones son difíciles de diagnosticar. 


Al igual que la displasia de cadera, esta enfermedad se manifiesta desde cachorro y muestra un proceso degenerativo a lo largo de toda su vida. El cartílago afectado provoca un desgaste anormal y una degradación gradual de la articulación causando dolor crónico e inflamación. Los perros afectados suelen mostrar síntomas desde una edad temprana, especialmente a partir de los 5 meses, aunque hay diagnósticos más tardíos a los 4-6 años. El signo más evidente es la cojera en las patas delanteras con un pronóstico crónico, especialmente agravado después de hacer ejercicio. El diagnóstico se realiza principalmente a través de un examen clínico y radiografías donde el veterinario puede ver signos de artritis o presencia de pequeños fragmentos de hueso en la articulación. 

Aunque por desgracia la displasia de codo no tiene cura, existen tratamientos quirúrgicos que pueden ayudar a desacelerar su progreso y mejorar su calidad de vida. Como tratamientos no invasivos se recomienda la restricción del peso y el control del ejercicio para evitar una sobrecarga de las articulaciones afectadas. El uso de medicamentos puede ayudar a aliviar el dolor y la inflamación causada. 

Al igual que la displasia de cadera, se le asigna una calificación a cada codo tras la previa prueba radiográfica. Se le otorga una calificación general que viene por la suma de ambas puntuaciones individuales:


En la imagen podemos ver un ejemplo de codo con displasia
radiografia canina displasia de codo perro

SE RECOMIENDA ÚNICAMENTE LA CRÍA CON PERROS QUE TENGAN UNA CALIFICACIÓN DE 0 EN AMBOS CODOS (0/0)

TODOS NUESTROS EJEMPLARES REPRODUCTORES POSEEN PRUEBAS DE DISPLASIA DE CODOS JUNTO CON LA DE SUS RESPECTIVOS PADRES